lunes, 17 de agosto de 2009

VINCENT VAN GOGH

Incluido dentro de ese periodo que denominamos postimpresionismo, el estilo de Van Gogh es inclasificable en movimiento alguno por su elevada originalidad, apreciable sobre todo en la forma de emplear los colores y en el tipo de pincelada, inconfundible, al que suele recurrir. Su obra es un precedente directo para movimientos artísticos de la importancia del expresionismo, el simbolismo o el propio fauvismo.
Para Vincent Van Gogh (1853-1890) el tema del cuadro aún era importante, casi se puede decir que fundamental, y a nadie puede extrañarle que un hombre que, antes que artista, quiso ser predicador y dedicar su esfuerzo a las gentes más humildes de la sociedad, pretendiera hacer una pintura que reflejase el esfuerzo del trabajo humano y sus sufrimientos.
No le interesaron los temas intrascendentes y banales de los impresionistas, pero si su paleta clara y su luminosidad, aplicada a una finalidad completamente distinta. En 1888 Van Gogh escribía a su hermano Théo que “en mi cuadro del “Café de noche” he intentado expresar la idea de que el café es un lugar donde uno puede perderse, volverse loco, cometer crímenes. En fin, he querido manifestar, por así decirlo, los poderes de la oscuridad en un local público de baja categoría por medio del suave verde Luis XV y del malaquita en contraste con el verde-amarillo y el áspero verde-azul, en una atmósfera como de horno del demonio, de azufre pálido”. La sensación opresiva que produce el cuadro – la misma que provocan esas estrellas sometidas a una extraña rotación en el “Exterior del café, de noche” (1888)- era algo deliberadamente buscado por el pintor. Y si comparamos este cuadro con “El almuerzo de remeros” de Renoir – por poner sólo un ejemplo de los muchos cuadros impresionistas del mismo tema que resaltan la alegría de vivir- se puede apreciar fácilmente en qué consistían exactamente las críticas de Van Gogh al impresionismo.
Van Gogh buscó su verdad lejos de París, pintando un buen número de autorretratos y de paisajes, abrasados por el sol ardiente del sur de Francia, a los que hace partícipes de sus propios sentimientos a través de sus poderosas pinceladas. Van Gogh (1888) Café de noche. Interior
En la composición de la escena, destaca el punto de vista muy elevado y en diagonal. Una puerta abierta provoca una mayor sensación de profundidad. La perspectiva está algo distorsionada, subordinada a las necesidades expresivas del artista.
El cuadro es una auténtica sinfonía de uso arbitrario del color a base de pares de complementarios. Es llamativa la contraposición del verde (techo, mesa de billar, mostrador con botellas) contrapuesto con el rojo de las paredes. Van Gogh se muestra más comedido en la contraposición del azul de los veladores con el naranja de las sillas. Con este vigoroso uso del color van Gogh dejó escrito a su hermano Theo que buscaba «crear una atmósfera de horno infernal, de azufre desvaído, para expresar el poder de las tinieblas de un tabernucho.» En esta escena de interior, la luz proviene únicamente de las lámparas del techo, y de la habitación que se abre en la pared del fondo. En esta atmósfera asfixiante aparecen varios parroquianos juntos en el mismo local, pero en una pesada soledad.

Van Gogh (1888) Café de noche. Exterior
En este otro cuadro se recoge la terraza en el exterior de otro café. Aquí la intención expresiva de Vincent es diferente: se olvida de la sordidez para centrarse en la alegría de disfrutar de un rato agradable en buena compañía. Hay una especie de lucha entre la iluminación natural de un maravilloso cielo estrellado y la luz artificial de la lámpara de gas que ilumina la terraza. En este caso, la contraposición de complementarios es entre el azul-violeta (del cielo y edificios lejanos) y el naranja-amarillo (de la tarima, la pared y la parte inferior del toldo)
La composición es más clásica, con una perspectiva con el punto de fuga en el centro. El verde de un árbol recortado en la parte superior derecha, así como el portal también cortado en la parte izquierda facilitan la sensación de inmersión del espectador en la agradable plaza.





2 comentarios:

  1. Hola Monica, acabo de conocer tu blog que es muy prometedor. Tienes ya muchas entradas que iré viendo poco a poco. Lo enlazaré en el mío.
    Muy interesante esta entrada. Yo también hice un enlace de un vídeo de youtube subtitulado y otro con la letra de Don McLean de su Tributo a Van Gogh
    Saludos
    Ana

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  2. Hola, soy un alumno de 3 eso. Estoy aciendo un trabajo de Van gogh, el cuadro de Terraza del café de la Place du Forum en Arlés por la noche. Me a ido muy bien tu información para mi trabajo, tienes un blog muy guapo, felicidades. Lo tendre en favoritos este blog para trabajos. Adios y gracias.

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