sábado, 28 de abril de 2012

Arte egipcio en el MET


La colección de arte egipcia en el Metropolitan Museum de Nueva York


El MET es uno de los museos más importantes y más visitados a nivel mundial. Tiene una colección de alrededor de más de 3 millones de obras procedentes de todos los continentes y que abarcan desde el arte de la antigüedad al arte del siglo XX, exponiéndose al público unos cientos de miles. Destacan sus colecciones de los grandes maestros del barroco (Rubens, Rembrandt, Velázquez), del impresionismo y postimpresionismo (Renoir, Degas, Van Gogh, Cezanne, Toulouse-Lautrec), de los grandes maestros norteamericanos, entre muchísimas otras. Sus casi diecinueve kilómetros cuadrados albergan, al decir de la Guía del Museo (edición de 1994), una enciclopedia viviente del arte mundial.
En esta entrada voy a dedicar unas líneas a la colección de arte egipcio presente en el  MET (los datos fueron extraídos de la Guía, del Museo citada) y les voy a dejar una presentación de fotografías tomadas durante la visita que en mayo del año pasado tuve la oportunidad de realizar a este museo.
Se trata de una colección muy importante, de alrededor de 36.000 objetos (todos expuestos) que atraviesan la producción artística egipcia desde la prehistoria hasta el período de dominio romano. Muchas proceden de colecciones privadas, pero cerca de la mitad se obtuvieron por los trabajos arqueológicos emprendidos por el propio Museo entre los años 1906 y 1944.  En varias salas se despliegan sarcófagos, esculturas de diferentes materiales y tamaños, pinturas murales de tumbas y templos, objetos de cerámica y metal que resultan una contribución sustancial al conocimiento del arte egipcio y constituyen una de las colecciones más importantes y completas existentes fuera de Egipto.
Destaca la Tumba de Perneb, en piedra caliza, procedente de Saqqara y reconstruida en el interior del Museo. A finales de la V dinastía (hacia el 2450 a.C.), el chambelán Perneb hizo construir su tumba en Saqqara, a 32 kilómetros al sur de Gizeh. La tumba comprendía una cámara sepulcral subterránea y un edificio de piedra caliza (mastaba), que contenía una capilla para ofrendas y una cámara para la estatua. La fachada y la capilla de la mastaba se compraron al gobierno egipcio en 1913 y se reconstruyeron, junto con una copia de la cámara de la estatua, a la entrada de las galerías egipcias del Museo. Los relieves interiores de la capilla representan a Perneb sentado ante una mesa de ofrendas, recibiendo comida y otros artículos de parientes y criados. Las ofrendas reales se colocaban en la losa ubicada ante la puerta falsa a través de la cual el espíritu de Perneb podía pasar para recibir sustento.
Pero en lo que refiere a estructuras edilicias, el centro de la colección es el Templo de Dendur, construido en granito hacia el 15 a. C., erigido por el emperador romano Augusto durante su ocupación de Egipto y la Baja Nubia, la zona al sur de la moderna Asuán. Tras la construcción del gran dique de Asuán, el lago Nasser lo hubiera cubierto completamente si no hubiera sido enviado a los Estados Unidos como regalo en reconocimiento a la contribución norteamericana a las campañas internacionales para salvar los antiguos monumentos nubios. El monumento está consagrado a la diosa Isis y a dos hijos deificados de un jefe nubio. El templo se volvió a montar detrás de su puerta de piedra, que servía antiguamente para entrar a través de una muralla de ladrillos de adobe. El complejo es una versión simplificado del templo corriente de culto egipcio, cuya planta permaneció invariable durante 3 mil años. En los relieves del templo, Augusto hace ofrendas a varios dioses egipcios, a ambos hermanos y a dos dioses nubios. Augusto está representado a la manera tradicional de un faraón, pero con una decoración cuyo estilo artístico es claramente datable en período romano. Regalado por Egipto a los Estados Unidos en 1965 y concedido al Metropolitan Museum of Art en 1967, fue instalado en el ala Sackler en 1978, con una cubierta de vidrio y ventanales que permiten la vista al Central Park, y con una fuente artificial que permite mantener las condiciones mínimas de humedad necesarias para su conservación.


Le Corbusier y la Casa Curutchet



Le Corbusier es uno de los nombres ineludibles de la arquitectura del siglo XX. Asociado al movimiento denominado de la “arquitectura moderna”. Charles-Edouard Jeanneret (conocido como Le Corbusier) nació en Suiza en 1887 y falleció en Francia en 1965. No sólo se destacó como uno de los exponentes más importantes de la arquitectura moderna, sino que fue uno de los teóricos más sobresalientes de esta disciplina, además de incursionar en el diseño de muebles y objetos, la pintura y la escultura. Construyó 75 edificios en 12 países, diseñó 42 proyectos urbanísticos, y dejó como legado 8.000 dibujos, 44 esculturas, más de 400 cuadros y 27 cartones para tapices. Escribió 34 libros y cientos de artículos, conferencias y cartas.
Concebía la arquitectura como “el juego sabio, correcto y magnífico de los volúmenes ensamblados bajo la luz”. Las construcciones debían constituir “máquinas para habitar”, no sólo debían ser funcionales, sino también producir belleza. Utilizando el acero, el hormigón armado y el cristal, define una arquitectura nueva, depurada de ornamentación y que sintetiza en 1926 en sus famosos “cinco puntos”:
-          La planta libre, los edificios se apoyaban en pilotes que permitían la libre circulación de los vehículos en la planta baja.
-          Soportes sobre pilotes, distribuidos regularmente, asociados al punto anterior, eliminando así los muros sostén.
-          Azoteas y/o terrazas planas que permitieran el desarrollo de jardines, convirtiendo las cubiertas en lugares verdes y de esparcimiento.
-          Ventanas apaisadas y corridas (en muros que, como se dijo, se liberaron de su función sustentante), que aportan iluminación al interior.
-          Fachada de estructura libre, que se torna transparente por no constituirse con muros de carga.

Todos estos puntos se aplican en la Casa Curutchet, la única construida por Le Corbusier en Latinoamérica, en la ciudad de La Plata, Argentina. El proyecto fue solicitado a Le Corbusier en 1948 por el médico argentino Pedro Curutchet, quien nunca lo conoció personalmente, pero que era un admirador de su obra. Le planteó la construcción de una casa que funcionara no sólo como vivienda personal sino también como consultorio, en un pequeño terreno de 9 metros de ancho por 20 de fondo, entre medianeras y frente a una plaza excepcionalmente arbolada.
La casa pertenece en la actualidad a los herederos del Dr. Curutchet y es alquilada por el Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires (CAPBA). Declarada Monumento Histórico Nacional en 1987, se puede visitar gracias al mantenimiento y atención al público desarrollado por el CAPBA.
En 1949 se elabora el proyecto, contemplando las necesidades del doctor, su mujer y sus dos hijas. Para la vivienda se previó estar comedor, cocina, dos habitaciones, dos baños, escritorio o habitación de huéspedes, departamento de servicio, garaje y lavadero. Para la clínica, los espacios solicitados fueron sala de espera, gabinete de consulta y habitación para internación.
Estas dos áreas, una pública y otra privada, se organizan como volúmenes separados. Un pórtico permite el ingreso a la finca, a una planta baja libre donde se visualizan pilares, un árbol (que se desarrolla entre las dos áreas de la casa), y donde se encuentra el garaje y al fondo las zonas de servicio. Desde allí una rampa conduce al primer piso desde donde se accede a la parte privada a través de un hall vidriado (esta área se desarrolla en dos pisos unidos por escaleras) y desde donde otro tramo de rampa conduce a la parte pública.
El primer piso de la vivienda, en su parte privada, corresponde al área social, con un estar a doble altura, un comedor desde el que se sale a una “terraza-jardín” y que se extiende por todo el ancho del frente con vista al parque. También se ubica en esta planta la cocina. En el segundo piso hay dos dormitorios, cada uno con su baño, y un escritorio especialmente integrado a la doble altura del estar. Desde el dormitorio de las hijas es posible utilizar un sistema de persianas de madera que controla el ingreso de luz, así como la privacidad del espacio.
Las obras comenzaron a fines de ese año a cargo del arquitecto argentino Amancio Williams, quien, por diferencias con Curutchet, se distancia del proyecto en 1951. La obra, que fue finalizada en 1955, nunca fue visitada personalmente por Le Corbusier.
Sobre la relación entre el cliente y el arquitecto, además de una interesante reflexión sobre si efectivamente fue funcional y habitable para la familia Curutchet la obra de Le Corbusier, recomiendo la lectura del siguiente artículo: http://www.revistadiagonal.com/articles/analisi-critica/larazondelclientecurutchet-lecorbusier/
Y para mayores descripciones y aspectos técnicos, recomiendo el trabajo del arquitecto peruano Carlos Zeballos en su blog: http://moleskinearquitectonico.blogspot.com/2008/02/casa-curutchet-le-corbusier.html

A continuación les dejo una presentación de fotos sacadas por mí en la visita que realicé a la casa el pasado 2 de abril, y que espero disfruten!


 
A continuación menciono una excelente película argentina, titulada “El hombre de al lado”, filmada en la Casa Curutchet, y de la que dejo afiche y  el tráiler (y recomiendo especialmente!)
  

24 de agosto de 2014: Complemento esta entrada recomendando un excelente documental sobre la casa realizado por arquitectos de la Universidad de la Plata