• Los mosaicos están compuestos por pequeñas piezas cúbicas llamadas teselas
• Al principio los mosaicos se utilizaron para decorar fundamentalmente paredes y techos, con el paso del tiempo y la mejora de las técnicas, comenzaron a usarse también para cubrir la superficie del suelo, elaborando así unos espectaculares pavimentos que conferían a las villas y palacios una majestuosidad adicional, denotando la posición social y el poder de sus ocupantes.
• Con la llegada de la época imperial el mosaico se popularizó y comenzó a utilizarse también en los templos, teatros, baños públicos e incluso en las tiendas
Para realizar la obra se partía de una pintura de la que se tomaba el modelo, dividiéndose las diferentes zonas por colores planos. Entonces se sacaba una plantilla en tela o en papiro y sobre ella se procedí a colocar cuidadosamente las teselas siguiendo el dibujo pero con su posición invertida, de manera que la cara que después quedaría expuesta permanecía oculta a los ojos del artesano. Luego se allanaba la superficie y sobre un lecho de cemento se iban situando las teselas hasta completar el conjunto, que finalmente se aglomeraba rellenando los huecos con masilla. Los temas más frecuentes en los que se inspiraban los artistas (o aquellos que les encargaban las obras) eran los relacionados con la mitología, aunque también eran muy apreciadas las escenas de caza y de la vida cotidiana o los símbolos y monstruos marinos, muy empleados en las termas, por ejemplo. También encontramos mosaicos puramente geométricos, con elaboradas grecas o intrincados diseños en forma de estrella
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