viernes, 14 de abril de 2023

El Parque Rodó: un espacio urbano característico del ideario del estado uruguayo del Novecientos al Centenario

                                                                                             Prof. Mónica Salandrú

En las tres primeras décadas del siglo XX, que coinciden con el período histórico correspondiente al “primer batllismo”, se consolida en Uruguay un imaginario social que actuó como base en la configuración de una identidad nacional. Desde el Estado se buscó afianzar procesos de integración de la población a través de un discurso optimista, con gran confianza en el futuro, que hablaba de Uruguay como un “país modelo”, caracterizado por el cosmopolitismo y la fusión de razas.

En la configuración de este imaginario social, el uso del espacio público y de la imaginería urbana fueron elementos claves para tal fin. Las élites dirigentes buscaron hacer de Montevideo una ciudad moderna y para ello tomaron al París de Haussmann como modelo. A esto se sumaría la importancia que se concedió a las ideas higienistas, y ambos aspectos permearon todas las realizaciones urbanas del período: en particular la generación de amplias avenidas y espacios verdes. Operó así una búsqueda de valores fundados en lo estético, pero también en la salud, ya que el miedo a la tuberculosis estaba instalado con mucha fuerza desde finales del siglo XIX. Se sucedieron así una serie de obras en espacios públicos para concretar áreas verdes y de esparcimiento: parques y ramblas persiguieron, además del ornato y la generación de “pulmones verdes”, un afán integrador, y por tanto democratizador, de la sociedad uruguaya. El parque pasó a constituir el “jardín de los pobres”: trabajadores urbanos, constituidos mayoritariamente por inmigrantes, hacinados en viviendas ya sea colectivas o unipersonales modestas, pasaron a disfrutar en su tiempo libre de espacios arbolados, con fuentes, estatuas y senderos que sólo estaban presentes hasta entonces en los exclusivos jardines de las casas del patriciado montevideano. Al generar estos espacios, el batllismo los concibió también como instrumentos de nivelación social y de mejora de la calidad de vida de los trabajadores, es decir que respondieron a políticas educativas (el parque como lugar de educación, de ahí la importancia de la estatuaria) y de control social (del ocio de la clase trabajadora) al incentivar a través de ellos el deporte y el contacto con la naturaleza. Para los trabajadores fueron lugares de paseo y socialización y para la burguesía lugares de exhibición de su poder económico y de socialización con sus iguales.

LA CREACIÓN DEL PARQUE

Transcribo a continuación unos párrafos extraídos del libro de Alicia Torres Corral “La mirada horizontal, el paisaje costero de Montevideo”, que sintetiza precisamente desde qué discursos se crea el Parque Rodó: “Las autoridades de la época trasladaron a los parques la responsabilidad de oficiar como pulmones de la ciudad. Pero además los consideraron un instrumento eficaz para civilizar a las clases populares. Se creía que el contacto con gentes de modales refinados, y con una naturaleza artificial construida por el hombre según normas estéticas consagradas, convertiría a los montevideanos en ciudadanos modernos. El énfasis moralizante y filantrópico de los discursos obedecía a que Montevideo no contaba aún con un parque público capaz de cumplir ese cometido pedagógico. En 1873 se había inaugurado El Prado, un parque público que al igual que los primeros parques públicos europeos, tuvo su origen en un jardín privado. Pero, al estar situado fuera de los límites de la ciudad en una zona de casas-quintas, resultaba de difícil acceso para las clases populares y sólo era utilizado por la burguesía. Por lo tanto, en 1896 el gobierno decretó la creación del Parque Urbano, actual Parque José Enrique Rodó. Además de haber sido el primer parque público construido dentro de los límites de la ciudad -de ahí el origen de su nombre-, el Parque Urbano fue el primer espacio verde público construido junto al mar. La plantación de sus primeros árboles alcanzó un nivel significativo sin precedentes al ser adoptada como actividad de cierre de la primera celebración del día del árbol realizada en nuestro país el 18 de setiembre de 1900. La “fiesta de los árboles” consistió en un desfile por la Avenida 18 de Julio que partió desde la Plaza Independencia -espacio institucional de la ciudad-, hasta llegar al Parque Urbano donde novecientos escolares plantaron cuatrocientos árboles. El acto alcanzó ribetes de conmemoración patriótica al encomendársele al “Poeta de la Patria” Juan Zorrilla de San Martín la creación del “Himno al árbol”. Además de los escolares y las maestras, varias delegaciones de colectividades extranjeras participaron en el desfile. Niños y numerosos inmigrantes a los que el Estado debía convertir en ciudadanos. A ellos dirigió su discurso el Ministro de Fomento en representación del gobierno. La naturaleza perfeccionada del parque público habría de cumplir un rol similar al de la escuela pública vareliana: conformar un ámbito de cultura, de integración y de igualación social.” (Torres Corral, Alicia. La mirada horizontal, el paisaje costero de Montevideo, Facultad de Arquitectura/Universidad de la República, Ediciones de la Banda Oriental. Montevideo, 2007, pp.90-91)

El Parque Rodó adquiere esta denominación a partir de 1917, como homenaje al insigne pensador y hombre de letras uruguayo José Enrique Rodó, fallecido en Italia el 1° de mayo de ese año. El nombre con el que fue inaugurado en 1901 fue el de Parque Urbano. En relación al Prado (primer parque público, privado a partir de 1873, y formando parte de la administración municipal a partir de 1889) ofrece dos claras ventajas: el paisaje costero y la cercanía con la ciudad. En sus orígenes complementó las instalaciones del Balneario Ramírez que funcionaba desde 1871. Se instala en terrenos pertenecientes al Banco Nacional y que al momento de su quiebra (1896) habían pasado a manos del Estado. Éste las transfiere a la órbita municipal en 1898 junto al establecimiento de fondos especiales para la conformación del Parque Urbano. Luego se fueron agregando otros predios a partir de varias expropiaciones realizadas hacia 1912. En la actualidad el parque ocupa un poco más de 42 hectáreas.

Entre 1900 y 1902 se realizan trabajos preliminares, como la plantación de árboles a la que hace referencia el texto de Corral transcripto más arriba. Esa actividad estuvo dirigida por el paisajista Charles Racine, quien procedió a realizar una selección de árboles y plantas entre los que se destaca la abundancia de flora nativa. Entre 1903 y 1904 se procede a la construcción del lago artificial (con una superficie superior a los 17.000 m2) con isletas, así como a la del denominado Castillo del Lago. El proyecto de estos trabajos correspondió al Ingeniero José María Montero Paullier, funcionario de la División Arquitectura de la Intendencia. El diseño, articulado alrededor del lago, respondió al paisajismo pintoresquista inglés (que había influido a su vez en el París de Haussmann) en el que la naturaleza se nos presenta domesticada a través de bosquecitos, roquedales, avenidas de palmeras, etc. En los años siguientes se agregaron otras construcciones como el templete, el pabellón de la música, el patio andaluz, paradores. En 1912 se contrató al paisajista francés Charle Thays quien presentó un proyecto de ampliación del parque hacia la zona de Punta Carretas que fue concretado muy parcialmente.


MONUMENTOS NOTABLES

El parque alberga el monumento a Florencio Sánchez. Realizado por el escultor uruguayo Luis Cantú (1883-1943) fue emplazado en las cercanías a la confluencia de Av. Sarmiento y Julio Herrera y Reissig en 1937. Cantú, artista nacido en San José y formado en Italia, realizó un busto en bronce de Sánchez sobre un pedestal de piedra con estanque. Placas de granito repasan los títulos de sus principales obras. Originalmente Cantú había planificado acompañar el busto del escritor con un cóndor que revelara su sentido americanista y oficiara de metáfora de las alturas a las que elevó al teatro rioplatense. Pero se decidió emplazar el cóndor en forma independiente, por lo que hoy lo encontramos en una isleta del lago artificial del Parque Instrucciones del año XIII ubicado entre las canteras del Parque Rodó y el Club de Golf.

Otros monumentos que podemos encontrar en el parque son los correspondientes a Guillermo Tell (ejecutado por José Belloni en bronce y granito fue donado por la colectividad suiza con motivo del centenario uruguayo y emplazado en 1931); al Dr. Emilio Roux (ejecutado por el escultor uruguayo Ramón Bauzá en bronce y mármol e inaugurado en 1930, evoca al científico francés, colaborador de Pasteur, cuyos trabajos contribuyeron al logro de la vacuna contra la difteria); a Albert Einstein (realizado por el escultor uruguayo Amadeo Rossi Magliano en bronce y granito, fue donado por la colectividad israelita y emplazado en 1935); a Samuel Blixen (del escultor Juan Carlos Oliva Navarro, nacido en Uruguay pero naturalizado argentino, en bronce y granito, fue un homenaje de colegas, alumnos, y amigos al destacado periodista y crítico teatral, correspondiendo su emplazamiento al año 1911).

Pero sin duda que el monumento más destacado es el realizado por José Belloni a José Enrique Rodó en granito gris y bronce, inaugurado en 1947. En él Belloni introduce un busto de Rodó en bronce, ubicado en un pedestal sostenido en un pilar del que emerge, por encima del busto, una figura masculina que representa a Ariel, símbolo del idealismo y la espiritualidad. Sobre un basamento de 9 metros de largo por 1 metro de alto, el pilar central, referido, delimita dos grupos escultóricos en bronce que representan las parábolas La despedida de Gorgias (a la izquierda) y Los seis peregrinos (a la derecha), y en la parte de atrás del pilar tres bajorrelieves representan tres escenas de la parábola Mirando jugar a un niño (todas ellas contenidas en la obra de Rodó “Motivos de Proteo”). Para un análisis detallado desde lo formal y lo simbólico de esta obra mayor de José Belloni, recomiendo la lectura del excelente trabajo de la Profesora Cecilia Arias “La imagen y las ideas de José Enrique Rodó en el espacio público montevideano. Análisis del monumento localizado en el Parque Rodó de Montevideo”, publicado en línea y cuyo enlace dejo al final de la presente entrada.


ESTATUARIA Y FUENTES

El establecimiento de estatuas en parques, plazas, canteros de avenidas, y otros espacios públicos, constituyó una constante en la primera mitad del siglo XX. Además de su valor ornamental (embellecer la ciudad, como vimos, fue muy importante para las élites y para los gobiernos de la época), había una convicción en relación a su valor educacional. Con los monumentos se buscaba no sólo homenajear a los personajes a los que estaban dedicados, sino fijar en la memoria de la sociedad sus aportes. Pero abundaron también una enorme cantidad de esculturas de personajes y/o temáticas mitológicas o históricas, que se adquirían por catálogo en centros europeos como París o Londres, y que estaban destinadas a la educación de la población, buscando familiarizar a ésta con los hitos de la cultura occidental. Como ejemplos de personajes mitológicos encontramos en el parque dos esculturas de hierro fundido, compradas ambas por catálogo a casas europeas. Una de Neptuno, emplazada en 1916 en el lago, en la que el dios, en actitud de reposo, se encuentra apoyado en un cántaro que vierte líquido mientras que a sus pies un amorcillo parece jugar alegremente. La otra corresponde a la diosa Venus, también con un amorcillo que juega a sus pies, fue ubicada hacia 1940 en un estanque de la plazoleta Florencio Sánchez, sobre la calle 21 de Setiembre. Una tercer escultura de temática mitológica, pero esta vez de mármol, corresponde a Narciso y fue realizada por el escultor uruguayo Federico Moller de Berg en 1934 a partir de un encargo de la comuna.

Otra tipología característica en el ornato de los parques públicos de esta etapa la constituyeron las fuentes. Y también con el formato de compra por catálogo encontramos El manantial o La source, realizada en 1862 por el escultor francés Louis Sauvageau (1822-1874) y adquirida a la fundición francesa Val d’Osne. Una joven con túnica drapeada, el pelo trenzado con hojas y un collar con motivos marinos, vierte el agua de un cántaro en un elegante giro corporal. En la base de la fuente hay figuras de Cupidos montados en delfines, que aparecen custodiando el escudo nacional (evidente agregado local). Todo el conjunto de bronce se colocaba en el centro de un estanque con piso de mosaico con motivos marinos y un borde en cemento con macetones clasicistas, como puede apreciarse en una fotografía de 1919. En la actualidad, y luego de sucesivas restauraciones, la fuente no luce esta estructura que fue sustituida por un discreto borde de ladrillos sobre muro de piedra, y no existiendo ya el piso de mosaico del estanque. (Confrontar Tomeo, Daniela, ¿Quiénes viven en los parques? Dioses, músicos, escritores y otras alegorías. En Almanaque del Banco de Seguros del Estado, Montevideo, 2012, pp. 130-138)


Una segunda fuente que queremos destacar es la Fuente de los Atletas, del escultor uruguayo José Luis Zorrilla de San Martín. La obra, cuyo boceto en yeso es de 1923 (y se conserva en la actualidad en el Museo Nacional de Artes visuales de Montevideo), fue presentada en el Salón de Otoño de París en 1925 obteniendo Medalla de Plata. En 1930 la Intendencia de Montevideo la adquiere para emplazarla en el Parque Rodó, procediéndose entonces a su fundido en bronce. El conjunto escultórico presenta tres hombres jóvenes (atletas) de pie, entrelazados, sosteniendo una pesada copa de bordes ondulados desde la cual cae el agua. El grupo transmite fuerza y armonía. Tanto el pedestal como el estanque, en un contemporáneo “art decó” fueron diseñados por Zorrilla y se ejecutaron en granito rosado.



CONSTRUCCIONES EMBLEMÁTICAS

El parque fue agregando con el correr de los años una serie de construcciones que están hoy absolutamente integradas a este paseo que, a su vez, es uno de los más populares para los montevideanos.

Mencionemos en primer término el Pabellón de la Música, donado por la colectividad alemana en 1930, y que homenajea a Beethoven, Mozart, Brahms y Wagner. Inaugurado en 1931, está realizado en mármol y presenta, sobre cuatro pilares faceteados, una cubierta piramidal, todo en un sobrio art decó.

Otro de los rincones característicos de este parque también respondió a la donación de una colectividad de emigrantes, en este caso andaluces. Se trata del Patio Andaluz (o “Glorieta Ariel”), inaugurado en 1939 y que está hecho con azulejos pintados a mano procedentes de la fábrica de cerámicas Mensaque Rodríguez & Cía., una de las más antiguas de Sevilla. Participó en el diseño el arquitecto Miguel Ángel Canale por la División de Arquitectura de la Intendencia Municipal de Montevideo, arquitecto que también colaboró en el proyecto del Bar Morisco en la rambla del Buceo (hoy Museo Zoológico Dámaso A. Larrañaga).

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Dejo a continuación algunos enlaces a sitios con materiales interesantes con los que ampliar información:

En este sitio encontrarán información (tomada de la Guía urbanística de Montevideo) sobre el Parque Rodó:

https://nomada.uy/guide/view/attractions/4558

Palabras del Arq. William Rey Ashfield sobre el valor de los parques y los monumentos en el patrimonio nacional:

https://www.youtube.com/watch?v=8w-R0L25T7s

Valioso trabajo de la Prof. Cecilia Arias sobre el monumento a Rodó:

https://revistas.um.edu.uy/index.php/revistahumanidades/article/view/946/1156

En el siguiente link encontrarán una serie de comentarios sobre importantes esculturas y monumentos de Montevideo donde aparece información sobre la Fuente de los Atletas:

https://revistadossier.com.uy/wp-content/uploads/stories/dossier11/dossier_11_acervo.pdf

A continuación, una referencia a la Fuente Le Source:

https://darioabilleira.com/2012/11/26/fuente-le-source-en-el-parque-rodo-montevideo-uruguay/

El siguiente trabajo es del año 1948 pero en él se encuentra información sumaria sobre varias de las esculturas y monumentos del Parque Rodó:

https://anaforas.fic.edu.uy/jspui/bitstream/123456789/5747/1/Estatuaria.pdf