Durante la segunda mitad del siglo VIII, cuando la ruptura dinástica
que terminó con los omeyas que gobernaban Damasco entronizó a los abasíes en
Bagdad, un príncipe omeya fugitivo, Abd al-Rahman I, penetró en al-Andalus
formando un nuevo estado independiente con capital en Córdoba: el emirato.
Vista aérea que permite observar todo el rectángulo cerrado con muro almenado,
el patio, las naves con sus característicos techos a dos aguas y, en el centro,
la catedral renacentista construida en tiempos de Carlos V.
Ocho
emires se sucedieron del 756 al 929, hasta que Abd al-Rahman III fundó el
califato, asumiendo además del poder terrenal, el poder espiritual de la umma.
La gran obra arquitectónica de este primer período en el arte andalusí es, sin duda, la Mezquita aljama de Córdoba. Iniciada por Abd
al-Rahman I en el 785, sus sucesores la fueron ampliando, hasta alcanzar con
al-Mansur su aspecto definitivo.
ANÁLISIS DE OBRA
MEZQUITA DE CÓRDOBA
Tipo de obra: Arquitectura
Título: Mezquita aljama de
Córdoba
Autor y fecha: Construida entre
el 785 y el 987. Tal dilación en el tiempo es consecuencia de una serie de
ampliaciones y reformas acometidas por los sucesivos dignatarios del gobierno
de Córdoba entre esos años. La primera mezquita es la que levanta Abd al-Rahman
I entre el 785 y el 788 sobre el solar de la antigua Iglesia visigoda de San Vicente. La primera
ampliación se realiza entre el 832 y el 848, durante el gobierno de Abd
al-Rahman II. Ya en la primera mitad del siglo X Abd al-Rahman III ensancha la
sala y añade un minarete. Las intervenciones de al-Hakam II (962-965), que dan
a la mezquita su aspecto casi definitivo, introducen un sentido monumental y
jerárquico, al estructurar un área especialmente decorada y compartimentada en
torno al mihrab, es decir, la maqsura. Y en 987, con al-Mansur, se
emprende la última y considerable ampliación de la sala de oración o haram.
Planta de la mezquita indicando las sucesivas ampliaciones.
Localización: ciudad de
Córdoba. España.
Estilo: Hispano musulmán.
Período cordobés.
Forma: Es una típica
mezquita de sala hipóstila.
Método: Utiliza una
novedosa superposición de soportes: columnas en la parte inferior y pilares
encima, con doble arcada. En la parte inferior se hallan arcos de herradura,
sobre los que se superponen arcos de medio punto. Con esta técnica se lograba
dar más altura a las naves a la vez que permitía transparencia y comunicación
entre ellas. Este sistema se basó en los grandes acueductos romanos y en los
arcos de herradura visigodos, pero lograron una combinación única. Las naves no
se encuentran paralelas al muro de la quibla, sino perpendiculares, y se
cubren con techo de madera a dos aguas. No fue un templo de planificación
global, lo que resulta de las sucesivas ampliaciones que sufrió. Su carácter
monumental lo fue adquiriendo a partir de la acumulación de construcciones.
Revela también otras características generales de la arquitectura islámica: la
reutilización de elementos y estructuras precedentes, y la tendencia a la
horizontalidad.
Descripción general: Finalizado el
proceso de ampliaciones, la mezquita quedó con 19 naves que, junto con el
patio, totalizan 180 metros de largo por 120 de ancho. La techumbre es de
madera, de acuerdo a la costumbre islámica, con 19 hileras de tejado en doble
vertiente, una por cada nave. Tiene un enorme patio exterior, el “patio de los
naranjos”, en el que la disposición de los árboles imita la disposición de las
columnas interiores. Cuatro fuentes invitan a los fieles a las abluciones. La
inmensa sala de oración se abre con su inmenso bosque de 1.300 columnas, de
capiteles algunos corintios estilizados y otros muy desiguales por su diversa
procedencia, y fustes de mármol, con la característica doble arquería,
alternando dovelas de color blanco y rojo, resultado de la combinación de
ladrillo y piedra. El mihrab es de mármol, lujosamente decorado en yeso
y mosaicos bizantinos brillantemente coloreados sobre fondo de oro y bronce, además
de cobre y plata.
Fachada del mihrab. Contiene un gran arco de herradura
con su correspondiente alfiz, sobre el que se observan arcos trilobulados que
encuadran una decoración vegetal realizada en mosaico sobre fondo de oro,
llevada a cabo por expertos artesanos llegados de Constantinopla.
Cúpula de la estancia frente al mihrab. Esta zona, por su importancia
simbólica, es la más rica de toda la mezquita. Desde aquí se dirige la oración
y se encuentra la maqsura, lugar reservado al califa y su séquito. La
estructura está revestida con teselas hechas de pasta vítrea recubiertas de oro
o tratadas con brillantes colores que alternan con otras de mármol, y fue
realizada por artesanos bizantinos.
Cúpula lateral de la maqsura, una de las denominadas cúpulas de nervios.
Análisis simbólico: Por haber sido
fundada por Abd al-Rahman I, “el inmigrado”, tenía un valor especial entre los
omeyas andalusíes y por eso va a ser tomada como modelo, y a pesar de las
ampliaciones subsiguientes, siempre se respetó su estructura original. Estas
intervenciones, necesarias por el aumento de población, también respondieron al
prestigio que otorgaba a los califas omeyas, dejar su impronta en el venerado
edificio.
Análisis sociológico: Constituye la
expresión más notable y acabada de la arquitectura hispano musulmán del período
cordobés. Era la referencia, el modelo de todas las demás mezquitas aljamas de
al-Andalus, llegando su influencia a las mezquitas del Norte de África. Tras la
conquista cristiana de Córdoba, en 1236, la mezquita fue convertida en
catedral, sufriendo diversas alteraciones arquitectónicas. La mayor de ellas se
realizó en el siglo XVI: en medio de la antigua mezquita se levantó una gran
nave cristiana de estilo renacentista, lamentándose Carlos V de tal situación
sosteniendo que se había destruído algo único, poniendo en su lugar algo que se podía ver en
todas partes.
Una de las varias portadas existentes en el muro perimetral. Se divide en tres
ejes, el central más ancho contiene la puerta adintelada enmarcada por un arco
de herradura con alfiz y una parte superior con arcos ciegos entrecruzados
separados por placas de ataurique y también enmarcados por alfiz. En las calles
laterales, arcos polilobulados enmarcan celosías de mármol con las jambas
decoradas también con atauriques.
DEJO A CONTINUACIÓN UNA GALERIA DE FOTOS TOMADAS DURANTE NUESTRA RECIENTE VISITA A CÓRDOBA