El pasado 28 de diciembre, en ocasión del viaje que realicé a México, visité el Museo del Palacio de Bellas Artes de Ciudad de México. Iba a conocer el edificio y, fundamentalmente, a ver los murales de Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros, allí albergados. Pero de paso, visité una exposición temporal de una artista que yo no conocía: Marta Palau. Y viví un momento muy gratificante, primero por conocer a una artista excepcional de la que no tenía noticia (cuando me puse a indagar un poco sobre ella, me entero que expuso en Uruguay en 1999 en el MEC), y segundo por haber disfrutado de un recorrido por una obra conmovedora tanto en su propuesta plástica como ideológica.
Marta
Palau, nacida en España en 1934, vive en México desde muy pequeña y es una
artista plástica que se ha caracterizado por una obra escultórica marcada por
el uso de materiales tales como fibras vegetales, telas, lanas, maderas, materiales
que nos remiten a la naturaleza y
también a las tradiciones prehispánicas americanas, a sus imaginarios mágicos y
sociales. También ha estado presente en su obra una mirada sobre la mujer y “lo
femenino”, también en las costumbres y rituales de las etnias que aún hoy
habitan en Baja California, así como las pinturas rupestres de sus ancestros
ubicadas allí, estado al que se ligó hace más de 40 años, compartiendo su vida
profesional entre Tijuana y el DF. Pero
su obra siempre ha sido encarada desde lo contemporáneo y desde las
problemáticas sociales que la conmueven, y si bien los materiales y las formas
de representación se inspiran en los referentes étnicos o indígenas, sus
propuestas buscan sensibilizar al espectador en esos temas del presente que la
inspiran. Señala Palau: “Trato de hacer obras sobre los problemas que me
irritan, como las injusticias. Me irrita que vivamos en una frontera que tiene
una doble barda, que a la gente que trata de ganarse la vida en Estados Unidos
la traten como asesinos, con mi obra quiero hablar mucho de esos temas y
seguramente el espectador los verá”. Tomado de http://siete24.mx/escenario/cultura/30347-marta-palau-expone-en-bellas-artes).
Sus
esculturas apuntan a la simplificación de las formas y la relevancia de la
textura. Esto último es visible sobre todo en sus tapices, donde los objetos
anudados buscan escapar del muro, afirmando aún más el carácter tribal y mágico
de sus obras. También ha incursionado en la pintura, sobre todo en amate, y en
la cerámica.
Kachinas
– 2006. “En el ceremonial hopi (grupo humano habitante de Arizona) son de
capital importancia las kachinas, espíritus bondadosos de los difuntos, de los
antepasados, personificados por bailarines con máscaras. Hay unas 335 kachinas
diferentes, con su personalidad y sus máscaras distintas, viviendo en su propia
aldea sobrenatural con sus propios jefes. Llegan a cada poblado hopi en
diciembre y pasan el invierno, la primavera y parte del verano con la gente,
bendiciéndola y asegurándole la lluvia para las cosechas. En julio, regresan a
la aldea kachina de las montañas. Joseph Campbell, El mundo de los hopis,
fragmento. (Texto en la muestra)
A
finales de los ’80 se abre en su obra una etapa dedicada a sus nauallis (nombre
en náhuatl que designa al hechicero o chaman pero también a una especie de
doble, generalmente animal, profundamente ligado a la identidad personal)
quienes, según la propia Marta Palau, “Mis Nauallis son femeninas, son
hechiceras, sacerdotisas, cuidadoras y protectoras de su comunidad. Las que
realizan los encantamientos y la protección contra las fuerzas externas, son
las responsables de la creación del mundo. Ellas me acompañan y aconsejan. No
sé cómo me tropecé con ellas, ni si en realidad yo las seleccioné o ellas se
impusieron, emergiendo de memorias ancestrales; sé que me han hecho bien, pues
han creado un sinfín de posibilidades apropiadas para mi trabajo. Las pequeñas
agresiones de seres menores frente a mis Nauallis no proceden: mis aliadas
están alertas” (citado en la muestra visitada).
Entre
diciembre del 2012 y hasta marzo del 2013 se está realizando la exposición en
el Museo Palacio de Bellas Artes a la que aludíamos al comienzo de la entrada,
titulada “Marta Palau. Tránsitos de Naualli”. Se trata de una retrospectiva que
cubre obras (esculturas e instalaciones) realizadas en los últimos 40 años y
que según su curador, Jorge Reynoso, su selección no tiene que ver con técnicas
o años de producción, sino que muestran las temáticas coincidentes con las
líneas de pensamiento, acción y creación de la artista. Según Reynoso, “Frente
a una forma materialista y depredadora de imponer una visión del mundo dictada
desde la lógica del poder, Marta Palau propone a la creación artística como una
alternativa que mantiene un compromiso con la realidad, al tiempo que busca
restaurar y actualizar nuestras relaciones con la tierra, la memoria y los
oficios de las manos y el pensamiento que reconocen en la esencia de los
rituales y los mitos formas de resistencia. Palau ha encontrado en la figura de
la Naualli –hechicera, vidente, curandera- una representación simbólica de este
poder creativo que, desde el arte, convoca a la resistencia a partir del poder
de la imaginación activa, reconciliando lo arcaico con lo presente, encontrando
nuevas formas de interpretar nuestros rastros individuales y colectivos.
Resultando imposible reunir una semblanza completa del dilatado trabajo de
Marta Palau, proponemos una exploración por algunos de los tránsitos que esta
Naualli ha recorrido: su celebración de lo femenino, su atención a los mitos de
origen y migración, su recreación simbólica de los rituales de congregación, su
interés por los imaginarios mágicos y proféticos, así como su voluntad de
representar en el duelo funerario una demanda por las injusticias nacionales y
globales. Al conjurar signos nutridos del pasado, Palau nunca abandona su
atención al presente; en su arte, la actualidad encuentra una significación
profunda, vital” (citado en la muestra).
Cuatro
atados de trece – 2005. Esta obra hace referencia a los 52 años del ciclo
temporal maya. Las 52 calaveras representan un ciclo de Muertas de Juárez. “¿Qué
es lo que más queremos?: que nuestras hijas regresen a nuestra casa, después de
la escuela, después del trabajo. Que vuelvan, porque esa es la angustia de cada
madre en Ciudad Juárez, que ven salir a sus hijas y no saben si van a regresar
¿Por qué las niñas desde pequeñas tienen que asumir que un día van a ser
asesinadas? Ellas saben que pueden morir en manos de hombres impunes en un
sistema impune. Testimonio de Marisela Ortiz,
fundadora de Nuestras Hijas de Regreso a Casa. (Texto en la muestra).
Doble
muro – 2006. “Una silueta humana tejida con fibras y tramas naturales se ubica
en el suelo, rodeada de los dos muros simbólicos. Esta figura nos evoca las
siluetas que demarcan con gis en el suelo los policías o agentes de medicina
legal para establecer una huella del cadáver y su posición corporal. Tiene en
su cabeza una pequeña abertura en forma de umbral. La silueta hecha en petate
está inspirada en una figura del arte rupestre. Marta la retoma de las pinturas
en las cuevas de Baja California y bautiza este personaje como el hombre de
Baja, (establece un juego doble e irónico con el lenguaje, refiriéndose a un
hombre dado de baja, es decir, asesinado, y vincula esta idea con la del hombre
rupestre de Baja California). De esta manera logra aludir a un joven real
muerto a manos de un policía norteamericano, en el momento de saltar el muro.
Este hecho acaeció a finales del año 2005 y fue difundido ampliamente por la
prensa que hizo hincapié en que el sujeto había sido asesinado con un balazo en
la espalda, lo que enfatiza la cobardía del perpetrador del acto y la alevosía
con la que actúan las autoridades fronterizas norteamericanas en los casos que
involucran a inmigrantes ilegales. Marta Palau: la inmigración, la
transgresión: la frontera (fragmento). Fernando A. Rojo Betancur. (Texto en la
muestra)
Sitios web
recomendados:
http://www.rupestreweb.info/artefetiche.html(La artista Marta Palau y el arte rupestre de
Baja California)
http://www.martapalau.com/
(sitio oficial de la artista)
Dejo a continuación algunas fotos tomadas en la visita a la muestra el pasado 28 de diciembre
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