Con los olmecas se inicia la civilización en Mesoamérica. Fueron ellos quienes establecieron las bases para el desarrollo posterior de otros pueblos, en cuanto a aspectos sociales, políticos, económicos y religiosos. Fueron portadores de una visión organizada del cosmos y eso es lo que nos revelan sus obras de arte, aún cuando muchos de los aspectos integrantes de esa visión nos sean incomprensibles.
No puede asegurarse que sus ciudades hayan estado unidas políticamente, algunos especialistas sostienen que eran especie de ciudades-estado independientes, ligadas por vínculos religiosos, económicos y culturales.
La región de la costa del Golfo es húmeda, pantanosa, de vegetación exuberante, altas temperaturas y mucha lluvia. Estas características, sumadas a la explotación petrolera desarrollada en la zona desde principios del siglo XX, han dificultado la conservación de restos, así como el trabajo de los arqueólogos.
Se desconoce el origen de los olmecas, los lingüistas creen que hablaron una lengua relacionada con el mixe y el zoque contemporáneos. “Olmeca” es una palabra náhuatl que significa “habitante del país del hule” , y los cronistas del siglo XVI la tomaron de los aztecas, quienes la utilizaban para referirse a los pobladores de la costa del Golfo de México al momento de la conquista (y que no fueron los creadores de lo que conocemos por cultura olmeca).
El proceso histórico-cultural que transforma a la cultura olmeca en “civilización” arranca en el sitio San Lorenzo (1200 a.C. – 900 a.C.), donde la evidencia arqueológica pone de manifiesto la existencia de una sociedad compleja, estratificada, en la que una elite dirige importantes trabajos colectivos. Entre estos destacan un sistema de canalización de las aguas, pozos artificiales, y también una plataforma de tierra que servía como base de edificios rectangulares usados con fines ceremoniales. Pero la arqueología también ha identificado edificaciones que constituyeron residencias de la elite y casas comunes, por lo que no se trató de un sitio religioso despoblado, sino que se trató de un asentamiento dinámico donde vivieron artesanos y campesinos, sacerdotes y dirigentes. No obstante, se cree que sin duda constituyó un centro ceremonial de un número mayor de personas que las que habitaban en el asentamiento. No se utilizó la piedra sino tierra, adobe, madera, por lo que los restos son muy escasos.
La base de su economía fue el cultivo del maíz, con el sistema de roza, complementado con pesca y caza.
En el 900 a.C. este centro es destruido y abandonado. Comienza así una práctica que luego se repetirá en el siguiente centro: la mutilación y el entierro sistemático de esculturas monumentales por los mismos olmecas, lo que fue interpretado por los especialistas como actos resultantes de razones sagradas o rituales.
Además de la construcción de estructuras ceremoniales, ya aparecen en San Lorenzo las esculturas características de los olmecas, las denominadas “cabezas colosales”. También se necesitó una considerable inversión de tiempo y trabajo para el traslado, desde sus lugares originarios a casi 100 kilómetros de distancia de tierras olmecas, de los enormes bloques de basalto esculpidos. Estas obras arquitectónicas y escultóricas prueban la importancia del excedente agrícola que permitió el trabajo colectivo de los campesinos, así como la aparición de artesanos y artistas. La Venta (900 a.C. a 600 a.C.) pasó a constituir el principal asentamiento olmeca después del abandono de San Lorenzo (aunque el sitio ya se encontraba ocupado desde el 1200 a.C.). Repitió la construcción de estructuras sobre plataformas, pero aquí estas plataformas se alinearon alrededor de una gran plaza y con un trazado siguiendo un eje específico orientado 8 grados oeste respecto al norte, e incluyeron un nuevo tipo arquitectónico: un alto montículo piramidal. También aparecieron restos de construcciones que los arqueólogos interpretan como pertenecientes a una cancha de juego de pelota. La forma de agrupamiento de los monumentos, así como el orden y la simetría, hacen mucho más palpable en La Venta, con respecto a San Lorenzo, el concepto de “centro ceremonial”.
Estos elementos: centros urbanos estructurados en torno a plazas y siguiendo un eje determinado astronómicamente, estructuras piramidales, cancha de juego de pelota, conforman un conjunto de aspectos arquitectónicos que luego se repetirá en toda la historia de Mesoamérica.
La Venta fue abandonado alrededor del 600 a.C. y su declive también fue acompañado de la mutilación de los monumentos de piedra. Tres Zapotes alcanzó entonces su apogeo (600-400 a.C.), aún cuando fue contemporáneo de los anteriores. Constituye un centro escasamente explorado, sobresaliendo como su monumento más significativo la Estela C, cuyos glifos constituyen la más antigua evidencia en Mesoamérica de un sistema de cómputo del tiempo.
Los olmecas hicieron sentir su influencia en amplias regiones mesoamericanas, Monte Albán entre ellas. Una de las posibles explicaciones de esta expansión olmeca pudo estar en la realización de expediciones en busca de piedras escasas en su territorio (jade, basalto, serpentina), y muy utilizadas por ellos. Esta influencia llevó a que los historiadores hablen de un “estilo olmeca”, presente en muchas y diversas zonas a lo largo del Formativo o Preclásico.
La escultura olmeca
La escultura es lo que distingue al arte olmeca. Con ella surge por primera vez en la América precolombina, la escultura monumental en piedra. Para labrarla y pulirla contaron con cinceles y otros utensilios del mismo material, lo que se suma a las dificultades para extraer y trasladar pesados bloques de distantes canteras. El resultado de este esfuerzo fue una espectacular escultura de sorprendente madurez estética.
Cabeza Colosal procedente de La Venta. Tabasco, Parque-Museo de La Venta.
Se encontraron 17 cabezas colosales, procedentes la mayoría de los tres sitios nombrados, pero también algunas fueron encontradas en zonas alejadas de las propiamente olmecas. Son monolíticas, miden entre 1,60 y 3 metros y pesan entre 10 y 40 toneladas. Los rasgos físicos recuerdan a la raza negra y cada una de ellas muestras rasgos distintos, como si fueran retratos. Se han interpretado como pertenecientes a gobernantes y hombres sagrados olmecas
La escultura monumental revela sin duda una voluntad por crear objetos colosales destinados a perdurar. Desde el punto de vista formal destaca la preferencia por el volumen, o sea, la imagen tridimensional, las estructuras de formas geométricas, el predominio de las superficies redondeadas, las formas cerradas, el naturalismo y la armonía.
En La Venta, a las cabezas colosales vienen a sumarse otros tipos escultóricos de carácter monumental: altares y estelas.
Desde el punto de vista iconográfico, la escultura olmeca destaca por la recurrencia a las figuras humanas, pero también aparecen figuras compuestas formadas por rasgos humanos y de otros animales, y ocupa un lugar preponderante la representación de caracteres felinos (jaguar). Las figuras humanas aparecen generalmente sedentes y con las piernas cruzadas. También aparecen figuras fantásticas (como por ejemplo la que algunos especialistas denominan el “dragón olmeca”, combinación de serpiente con rasgos felinos) y de animales, estas últimas son las menos abundantes y corresponden al jaguar, la serpiente, el mono y el águila, y no responden a una forma realista sino más bien esquemática.
En los rostros aparecen los ojos oblicuos, las cejas apuntadas y una boca que es característica de las imágenes olmecas: el labio superior levantado y las comisuras que caen dejando entrever la encía desdentada o bien dientes y colmillos apuntados. Hacha ceremonial de jade translúcido. Forma parte de los objetos típicos olmecas. A la nariz chata y la característica “boca olmeca”, se agregan otros rasgos también particulares de su estilo: hendidura en forma de V en el cráneo de ciertos personajes tal vez mitológicos, y cejas sinuosas conocidas como cejas de flama. Este tipo de objetos se cree que tuvieron un simbolismo religioso-ceremonial
La frecuencia con que aparecen rasgos felinos en combinación con la figura humana, ha llevado a sostener a nivel religioso un culto importante al jaguar.
Al basalto, el material predominante en las obras monumentales, se suma el jade y la serpentina en las otras obras, y la magnetita utilizada para la producción de abundantes espejos. Sobresale el dominio olmeca en la técnica del pulimentado, que les ofrece una condición de maestros en la talla de piedras duras. Destacan las hachas ceremoniales, las figuras humanas sedentes, los niños con expresión de llanto. Muchos de estos objetos, junto con figurillas de arcilla, se enterraban como ofrendas fúnebres.
Durante la última etapa del formativo, alrededor del 200-100 a.C., la cultura olmeca se debilitó y se hundió por razones aún desconocidas. La primera de las grandes civilizaciones mesoamericanas influyó a todas las civilizaciones siguientes de la zona.
no explica la pintura olmeca
ResponderEliminarya...
Eliminarle falta la pintura lo necesito ! :s
ResponderEliminaryo pie3nso que la historia se explica bien solo les falto explicar lo de el juego de la pelota
ResponderEliminarLA VERDAD ESTA BIEN EXPLICADOY NO LE FALTA NADA COMO TU DICES
EliminarEsta muy bien explicado Te felicito :D
ResponderEliminarLe falta todo lo que quiero
ResponderEliminartas wuey
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarlo hiciste bien felicidades
ResponderEliminarFalta las artes menores y la pintura .lo necesito
ResponderEliminarde donde sacaste la informacion
ResponderEliminares buena informacion felizidades
ResponderEliminarEs buena información
ResponderEliminarVaya, la Arquitectura Olmeca ha sido fundamental, gracias por la info!
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